A todo lo largo y ancho de nuestro territorio vemos cómo las instituciones del estado desarrollan sus infraestructuras desde arquitecturas vaciadas de sentido de ciudadanía, que responden a imaginarios impertinentes generados por arquitectos febriles en los cuales los ciudadanos no construimos ningún sentido de pertenencia. Sentimos que la arquitectura es una herramienta de cambio para nuestras infraestructuras públicas en las cuales todos los valores del ser ciudadano pueden establecerse desde un mejor diseño y calidad arquitectónica. Con asombro ninguna institución ligada a la práctica profesional se indigna al ver como la mayoría de los fondos públicos destinados para tales fines están siendo dilapidados por manifestaciones grandilocuentes que destruyen entornos urbanos patrimoniales, plazas y espacios públicos, y no respetan una normativa mínima para la convivencia entre las personas. Es así que este año el taller plantea la reflexión de la arquitectura como una herramienta para mejorar la representación de las instituciones públicas a través de su infraestructura y diseño arquitectónico, empezaremos con el proyecto para un nuevo “Edificio Legislativo”, el cual tendrá el valor de construir ciudadanía a través del manejo de lo público y el bien común. La arquitectura como posibilidad para la creación de nuevos imaginarios espaciales y entornos en los cuales nuestras instituciones públicas pueda representarnos es un reto que el taller tomara desde su pedagogía. La reflexión arquitectónica ligada a la historia y la teoría nos otorgará la ruta para lograr este objetivo. Este ciclo nos haremos la pregunta sobre la “Arquitectura como representación” y “La representación de la arquitectura”.